
El Hombre
Es imposible reducir la vida de un hombre a una columna de texto. Más difícil aún es dar a conocer la verdad de ese individuo a través de unas cuantas fotografías y anécdotas de amigos, admiradores, y miembros de la familia.
Mucho se ha escrito y se ha dicho de Ramón Rivero, mejor conocido como “Diplo” al punto que el Hombre se ha convertido en leyenda, en un mito y en un ícono de la cultura puertorriqueña porque Ramón Rivero, no solamente rompe las normas de lo ejemplar, si no que establece unos parámetros que hoy día parecen imposibles de superar.
Como dijo un admirador recientemente durante una actividad en homenaje al Centenario del Natalicio de Ramón Rivero en el Colegio de Abogados:
“El genio creativo de Diplo es incomparable, se monta a las alturas más elevadas del arte y cuando se compara con Cantinflas o con Chaplin, son esas dos leyendas de la comedia quienes deben estar muy orgullosos de que se les compare con Diplo”.
¡Imagínense ustedes! Diplo, producto humilde de Naguabo y de la Calle Cambímbora, con esa chispa pícara del puertorriqueño paseándose entre los grandes genios de la comedia internacional. ¡Qué orgullo para Puerto Rico, y que sorpresa para quién no lo llegó a conocer!
José Orbi
29 de mayo de 2009
El tamborilero
Arturo Ramón Máximo Ortiz del Rivero en 1912. De acuerdo a su padre, don José Ortiz Alibrán...
"...siempre haciendo maldades el tambor es su delirio, en la casa y en la calle, donde quiera que se encuentra...es un batallar constante y no hay quien pueda con el*."
Arturo Ramón Máximo Ortiz del Rivero como una pimentosa segunda base. Ramón Rivero fue tremendo deportista, quién, de joven, fue maestro de educación física. No sólo jugaba beisbol, si no que también fue boxeador, practicó la esgrima y jugó tennis hasta los último días de su vida.
El Ciudadano
Todas las navidades Ramón Rivero visitaba los diferentes hospitales de la isla, especialmente donde habían niños.
En la foto se ve al artista entreteniendo una niñita en el asilo para niños tuberculosos.
La risa era un bálsamo al dolor y la tristeza de aquellos seres inocentes, víctimas de la pobreza y la miseria por la cual pasaba la isla.
El Exigente
Ramón Rivero cenando con su esposa, Alicia Bibiloni, y el actor y columnista mexicano Carlos Montalbán, en el exclusivo Stork Club de Nueva York (1955).
El Diplomático
En Fortaleza...se le oyó decir al honorable Gobernador Luis Muñoz Marín:
"Oiga, Diplo, jamás se postule para político. Si lo hace, tendré que dejar el campo".
El ídolo
Docenas de miles de puertorriqueños viajaron de todas partes de la isla hasta San Juan, para despedirse de Diplo, y los “tronquistas” insistieron cargarlo a hombros desde el Teatro Tapia, hasta su última morada en el cementerio de la capital.
Dicen los que estuvieron presentes que no ha habido una demostración de cariño tan conmovedora como la del pueblo de Puerto Rico a su Diplo, esa tarde de agosto de 1956, manteniendo luto dos semanas, luego del funeral más asistido en la historia de Puerto Rico.
En 2009, como parte de la celebración de los 102 años del natalicio de Ramón Rivero (Diplo), la Fundación Ramón Rivero, Inc lanzó el primer libro que cubre la trayectoria artística, personal y filantrópica de Ramón Rivero, (Diplo) — ¿Por qué se reía la gente? Esta primera edición incluye una gran cantidad de fotos de la labor de Ramón Rivero (Diplo), tanto en la radio, en la televisión, teatro y cine; ejemplos de su comedia, una autobiografía, ensayos sobre el Artista por parte del Dr. Cesáreo Rosa-Nieves y Abelardo Díaz Alfaro, además de incluir la famosa charla ¿Por qué se ríe la gente?, de Ramón Rivero (Diplo). El libro está disponible en todas las distinguidas librerías de Puerto Rico, o a través de Amazon. Para más información, déjenos un mensaje en el (213) 533-0774 y nos comunicaremos con usted.